Skip to content
ReyNEON.net

JEDI vs SITH | ¿PORQUE se PELEARON? | Star Wars Explicado

✅ El Conflicto Épico: JEDI vs SITH | La Verdadera Historia

Index

👉 Capítulo 1: Los Guardianes del equilibrio de la fuerza: el Surgimiento de los Je’daii

Hace mucho tiempo, en un remoto rincón de la galaxia, surgió un planeta enigmático llamado Tython, bañado por las energías misteriosas de la Fuerza. En este mundo ancestral, nació un grupo de seres sensibles a esta poderosa fuerza cósmica, quienes se convertirían en los pioneros de una filosofía única: los Je’daii.

Los Je’daii eran sabios y valientes, y creían en el equilibrio entre dos aspectos de la Fuerza. Decidieron llamar estos dos lados de la Fuerza con el nombre de las dos lunas de su planeta natal: Ashla, la luna más brillante de su planeta representaría el aspecto luminoso y el orden en la Fuerza. Y Bogan, la luna más oscura en el cielo de Tython encarnaría la oscuridad y el caos en la Fuerza. Guiados por este equilibrio, los Je’daii construyeron nueve Templos en Tython, cada uno representando un aspecto específico de la Fuerza.

La orden prosperó durante siglos, expandiendo su conocimiento y entrenando a sus miembros para que dominaran ambos lados de la Fuerza. Todos los Je’daii debían recorrer los nueve Templos, y meditar en ambas Lunas, perfeccionando sus habilidades y forjando una conexión única con la Fuerza. La aspiración más grande de cualquier Je’daii era alcanzar el Bendu, el estado de equilibrio perfecto con la Fuerza.

El Consejo de Maestros, compuesto por los líderes de cada Templo, gobernaba la orden con sabiduría y prudencia, tomando decisiones trascendentales para el bienestar de Tython y sus habitantes.

Sin embargo, el equilibrio en Tython pronto se vio amenazado por la llegada de un nuevo peligro, la Reina Hadiya, también conocida como la Reina Déspota. En el año 25, 805 ABY, la Reina Déspota intentó unir a los barones del crimen de su planeta natal, Shikaakwa, y conquistar el sistema Tython en busca de un poder inimaginable.

La Guerra Déspota estalló, y los Je’daii se enfrentaron a un enemigo despiadado que no conocía límites. Las batallas fueron feroces, con duelos de Fuerza que sacudían los cielos y hundían la tierra bajo sus pies. Los Je’daii defendieron con valentía los Templos y a Tython, aferrándose a su filosofía única de equilibrio en la Fuerza.

En el clímax de la guerra, una memorable batalla ocurrió en las llanuras de Katazza, donde los Je’daii liderados por el Maestro de Templo Daegen Lok lucharon contra los implacables ejércitos de la Reina Déspota. “¡Por Tython y el equilibrio en la Fuerza!”, exclamó Lok mientras blandía su espada imbuida de Fuerza, un antiguo artefacto que canalizaba la energía de la Fuerza de manera diferente a los sables de luz. Un arma común entre los Je’daii de aquella época.

La Guerra Déspota alcanzó su punto culminante en el año 25, 805 ABY, cuando los Je’daii finalmente lograron repeler a la Reina Déspota y liberar Tython de su amenaza. Sin embargo, la guerra tuvo un costo significativo, y los Je’daii enfrentaron cicatrices emocionales y físicas.

A pesar de las dificultades, la Orden Je’daii prevaleció, aprendiendo valiosas lecciones del conflicto. Decidieron proteger Tython y la galaxia, manteniendo el equilibrio en la Fuerza y guiando a otros en el camino de la sabiduría.

A pesar de la victoria en la Guerra Déspota, los Je’daii aún no estaban a salvo de los peligros que acechaban en la galaxia. Una nueva amenaza se avecinaba, y la sabiduría de los Je’daii sería puesta a prueba nuevamente.

👉 Capítulo 2: Las Guerras de la Fuerza y el Surgimiento de la Orden Jedi

Tython había sobrevivido durante milenios aislada del resto de la galaxia, únicamente preocupada por asuntos en su propio sistema estelar. Sin embargo, la Orden se vio profundamente amenazada por la llegada de un Sabueso de Fuerza del Imperio Infinito.

El Imperio Infinito, también conocido como el Imperio Rakata, fue el primer gran gobierno galáctico conocido. El imperio fue fundado y gobernado por los Rakata, una especie científicamente avanzada que utilizó su conocimiento para conquistar y esclavizar a otras especies en toda la galaxia conocida.

Los Sabuesos de Fuerza eran esclavos particularmente fuertes en la Fuerza, entrenados por los Rakata para convertirse en poderosos usuarios del lado oscuro, entrenados para descubrir planetas altamente sintonizados con la Fuerza. Así fue como el imperio infinito encontró a los Je’daii. Entonces en el año 25,793 ABY, las fuerzas del Imperio Infinito Rakata invadieron el sistema Tython.

Los Je’daii de Tython se enfrentaron en numerosos conflictos con el Imperio infinito para repeler la invasión.

En el año 25,783 ABY, durante una feroz batalla contra los invasores Rakata, el poderoso maestro Je’daii Daegen Lok, exlíder del Templo de Kaleth, tuvo una visión impactante. En esa visión, se le reveló la creación de un arma que canalizaría el poder de la Fuerza de una manera diferente: el Sable de Fuerza. Una hoja de energía brillante, basada en tecnología Rakata, capaz de encenderse como un sable de luz, pero con la temible capacidad de canalizar la energía del lado oscuro.

“El destino nos llama a evolucionar”, proclamó Lok, convencido de que el Sable de Fuerza sería la clave para prevalecer en la guerra. Sin embargo, muchos Je’daii se opusieron a esta idea, temiendo el peligro que representaba una conexión tan fuerte con el lado oscuro.

Los Maestros Je’daii Rajivari, Garon Jard, Cala Brin y Ters Sendon, inquietos por las tensiones crecientes entre los Je’daii, comenzaron a cuestionar si el equilibrio propuesto por la Orden era realmente sostenible. A medida que la guerra se intensificaba, estas diferencias se hicieron más evidentes.

La división se profundizó, y los Je’daii Ashla, partidarios del equilibrio y la luz, se enfrentaron a los Je’daii Bogan, aquellos dispuestos a abrazar el poder oscuro para vencer en la guerra. La Orden Je’daii comenzó a tambalearse, y la necesidad de una nueva dirección se hizo evidente.

Las Guerras de la Fuerza se desataron en la galaxia, sacudiendo los cimientos de la antigua orden Je’daii y revelando divisiones internas entre los seguidores de Ashla y Bogan.

En el año 25,783 ABY, Daegen Lok se separó de la Orden Je’daii, llevando consigo el diseño del Sable de Fuerza y estableciendo su propia facción. Aunque su intento de forjar una nueva era de Je’daii con el Sable de Fuerza fracasó, este acontecimiento marcaría el comienzo de una nueva era.

En el clímax de las Guerras de la Fuerza, los Maestros Je’daii restantes, Rajivari, Jard, Brin y Sendon, tomaron una decisión trascendental. Creyeron que la antigua filosofía de los Je’daii ya no era suficiente para enfrentar los desafíos de la galaxia. Con pesar, decidieron poner fin a la Orden Je’daii y fundar una nueva, centrada en el lado luminoso de la Fuerza: la Orden Jedi.

Así, en el año 25,783 ABY, la Orden Je’daii llegó a su fin, y los cimientos de la nueva Orden Jedi se asentaron. Los Maestros Je’daii, ahora conocidos como Maestros Jedi, llevarían a cabo el legado de los Je’daii Ashla, dejando atrás la sombra del lado oscuro. Entonces, la victoriosa Orden Jedi abandonó Tython, su hogar natal, a favor de Ossus; estableciendo ahí su nueva Capital para liberar otros mundos de las amenazas del lado oscuro.

Aunque la Orden Jedi había sido establecida, las tensiones entre el lado luminoso y oscuro de la Fuerza persistían. El Maestro Rajivari, quien alguna vez ayudaría a la fundación de la nueva Orden Jedi, luego la traicionaría y trataría de destruirla.

👉 Capítulo 3: Los Cien Años de Oscuridad y el Surgimiento de los Lores Oscuros Sith

Tras la división en la Orden Je’daii y la creación de la nueva Orden Jedi, los Je’daii Oscuros se separaron de sus contrapartes Ashla para seguir su propio camino. La filosofía sobre el uso de la Fuerza se convirtió en el punto de quiebre, y aquellos que abrazaron el poder del lado oscuro se convirtieron en los precursores de los Jedi Oscuros.

En el año 24,500 ABY, durante lo que se conoció como el Primer Gran Cisma Jedi, comenzaron las divisiones e intentos fallidos de fundar otra facción opuesta a la de la orden Jedi. A esta facción se le conoció después como las Legiones de Lettow. La verdad sobre qué bando comenzó la guerra se pierde en la historia, pero una de las primeras batallas se libró en Ossus, el nuevo mundo capital Jedi de aquella época. El conflicto termina con la caída de las Legiones de Lettow en el sistema estelar Irkalla. La Orden Jedi se retiró a Ossus después del Gran Cisma. A partir de entonces, pocos en los Mundos del Núcleo pensaron mucho en los Jedi, aunque sin que ellos lo supieran, los Jedi actuaron como los defensores secretos de la República en el Borde de la galaxia.

Miles de años después las semillas de aquella discordia habían crecido para dividir definitivamente la orden Jedi. Los Cien Años de Oscuridad comenzaron tres años después de que los Jedi Oscuros se separaron de la Orden Jedi durante el Segundo Gran Cisma en el año 7,000 ABY. Una guerra aún más grande se había desatado, los combates fueron devastadores, con sables de luz arcaicos, conocidos como Protosables, deslumbrando los campos de batalla con chispas de energía. Los Protosables, con sus fuentes de energía externas, limitaban la movilidad de los combatientes, pero aun así, los guerreros demostraron su habilidad y valentía.

En la Batalla de Corbos, librada en el año 6,900 ABY, los Jedi y los Jedi Oscuros se enfrentaron por última vez en un planeta minero. Ajunta Pall, un líder de los Jedi Oscuros, dirigió una campaña implacable contra los Jedi, mostrando su maestría en el lado oscuro al abatir a una docena de ellos personalmente. Sin embargo, la batalla culminó con un bombardeo orbital ordenado por los Jedi Ashla, resultando en la derrota de los Jedi Oscuros. Karness Muur, uno de los pocos sobrevivientes, se retiró de la batalla con oscuros planes en mente.

Los Jedi Oscuros supervivientes fueron exiliados al espacio desconocido, donde descubrieron los mundos de Ziost y Korriban, hogar de la primitiva pero sensible a la Fuerza especie Sith. Impresionando a los Sith con su dominio de la Fuerza, los Jedi caídos ascendieron a un estado casi divino en Korriban y Ziost, convirtiéndose en los gobernantes del pueblo Sith. Con el tiempo, el término “Sith” pasó a abarcar tanto a los habitantes originarios de Ziost y Korriban como a los antiguos Jedi caídos, que ahora lideraban a los Sith.

Los años posteriores a los Cien Años de Oscuridad presenciaron una mezcla entre los Jedi Caídos y los Sith, y los Sith llegaron a considerar a los antiguos Jedi Oscuros como sus maestros y líderes. Esta unión y su conexión con el lado oscuro les otorgaron poder y conocimiento inimaginables, sentando las bases para lo que vendría después.

👉 Capítulo 4: El antiguo Imperio Sith y La Gran Guerra Hiperespacial

En los rincones más oscuros y olvidados de la galaxia, se gestaba una fuerza malévola lista para emerger y enfrentarse tanto a la República Galáctica, como a los Jedi una vez más. El Imperio Sith, surgido de los Jedi Oscuros desterrados, aguardaba su momento para mostrar su poder.

El Antiguo Imperio Sith, se estableció en el remoto mundo de Korriban tras la Batalla de Corbos, donde los Jedi exiliados encontraron a la primitiva pero sensible a la Fuerza especie Sith. Utilizando la alquimia Sith y su habilidad para conquistar, los Jedi caídos construyeron un poderoso imperio en aislamiento durante dos mil años.

Bajo el liderazgo del temible Señor Oscuro Naga Sadow, el Imperio Sith emergió de las sombras y desató la Gran Guerra Hiperespacial en el año 5000 ABY. Invadieron el espacio de la República con una furia despiadada. En esta época, los nuevos Lores Oscuros de los Sith habían evolucionado significativamente desde los Jedi Oscuros anteriores. Su comprensión del lado oscuro de la Fuerza les otorgó poderes que desafiaban las leyes de la naturaleza, e incluso poder sobre la vida y la muerte. Sus habilidades eran temidas en toda la galaxia.

Los Sith mostraron su despiadada sed de conquista y conocimiento prohibido, mientras la República y los Jedi se esforzaban por defender la paz y el equilibrio en la galaxia.

Sin embargo, a pesar de su poderío, el Imperio Sith fue finalmente derrotado por las fuerzas de la República. Conflictos internos debido a su propia avaricia y ambición probó ser la gran debilidad de los Sith. Así, tan rápido como comenzó, la Gran Guerra Hiperespacial había terminado. Se creía que el Imperio había sido destruido por completo, pero la oscuridad siempre encuentra una forma de persistir.

Con la derrota de los Sith, al final de la guerra, la Orden Jedi adoptó los sables de luz modernos. Cientos de años después, para el 4800 ABY, los Jedi los utilizaban casi universalmente, sin tener en cuenta que la tradición había sido establecida por el Imperio Sith original; y a su vez, milenios antes, cimentada por el antiguo Je’daii Oscuro, Daegen Lok, y su Sable de Fuerza capaz de canalizar el lado oscuro.

Los Señores Oscuros del Imperio Sith fueron los responsables en última instancia del avance de los sables de luz, reemplazando el paquete de energía montado en el cinturón con una celda de energía dentro de la empuñadura.

Los portadores de estos sables de luz modernos originales incluyen a Karness Muur, ese Jedi Oscuro sobreviviente que se retiró de la batalla de Corbos al final de los Cien Años de Oscuridad, era conocido por manejar un sable de luz arcaico, o Protosable, pero luego cambió a un sable de luz moderno con empuñadura curva.

Por otro lado el Lord Sith Vitiate, astuto y maestro de la manipulación, sobrevivió a la caída del Imperio Sith y lideró a los remanentes en una retirada estratégica a las Regiones Desconocidas. Desde las sombras, comenzaron a reconstruir su poder para prepararse para un eventual regreso.

En el año 3681 ABY, más de mil años después de la derrota en la Gran Guerra Hiperespacial, al inicio de la Gran Guerra Galáctica entre los Jedi y los Sith, el imperio Sith reconstituido se lanzó a la reconquista de su ancestral mundo natal, Korriban. Después de mil años de exilio del planeta sagrado, el Imperio Sith retomó Korriban y lo restableció como un campo sagrado de entrenamiento, donde los estudiantes de las artes Sith se preparaban para continuar la guerra con la República.

Ambos bandos habían adoptado avances tecnológicos con el desarrollo de Sables de luz más refinados y sables de luz de doble hoja.

El legado del Imperio Sith dejó una huella indeleble en la galaxia, y su influencia perduraría a lo largo de milenios. Aunque derrotados, los Sith habían sembrado las semillas de la discordia y la oscuridad, esperando pacientemente el momento adecuado para volver a desatar su ira en una galaxia que se encontraba en constante cambio y evolución.

👉 Capítulo 5: La caída de los Sith y la Profecía del Elegido

Cuando los Sith resurgieron de las sombras, se desataron Las Nuevas Guerras Sith en el año 2000 ABY, un conflicto que marcaría la historia de la República Galáctica y los Jedi. Todo comenzó con el Cuarto Gran Cisma Jedi, una división en las filas de la Orden debido a conflictos internos y diferentes interpretaciones de la Fuerza.

Los Sith de esta época eran diferentes a sus antecesores. Habían evolucionado en sus habilidades y tácticas, lo que les había permitido infiltrarse en las filas Jedi y sembrar la duda y el conflicto sin que estos se dieran cuenta.

Mientras tanto, la Orden Jedi se había hecho más dogmática y excluyente en su filosofía y visión sobre la interpretación y uso de la Fuerza. El poder que les daba la Republica Galáctica los hizo orgullosos y arrogantes. Habían olvidado por completo el significado del Bendu, el verdadero equilibrio de la Fuerza.

El resurgimiento de los Sith se inició con la llegada de Naga Sadow, un poderoso Lord Oscuro que ansiaba restaurar el antiguo Imperio Sith. Los Sith, hábiles en el arte del engaño, lograron infiltrarse en la galaxia y sembrar la discordia en varios planetas, encendiendo la chispa de la guerra.

Las ciudades y templos más importantes fueron testigos de cruentas batallas entre Jedi y Sith. La Hermandad de la Oscuridad, liderada por el temible y poderoso Sith, Skere Kaan, emergió como una formidable fuerza Sith, mientras que el Ejército de la Luz, encabezado por los Jedi, luchaba por preservar la paz.

Las Nuevas Guerras Sith concluyeron con la Séptima Batalla de Ruusan, al inicio de la Edad oscura de la Republica. El señor oscuro Skere Kaan, antes de caer rendido ante la república, detonó una poderosa arma que terminaría aniquilando tanto a los Jedi como a los Sith que se encontraban ahí. Esta batalla marcó el supuesto final de los Sith según la Orden Jedi.

Sin embargo, las consecuencias de esta guerra dejaron una profunda cicatriz en la República Galáctica. La Edad Oscura de la República comenzó en el año 1000 ABY, sumiendo a la galaxia en un período de caos y sufrimiento.

En medio de la incertidumbre, el rumor de una antigua profecía del Elegido de la Fuerza se extendía poco a poco entre los Jedi, un mensaje enigmático que desconcertó al Consejo Jedi. La profecía hablaba de un ser excepcional que desempeñaría un papel crucial en la restauración del equilibrio en la Fuerza.

La Profecía decía: “Sólo a través del sacrificio de múltiples Jedi logrará la Orden erradicar el pecado infringido sobre quienes carecen de nombre. El peligro del pasado no ha pasado sino que duerme en un huevo. Cuando el huevo eclosione, toda la galaxia se verá amenazada. Cuando la mismísima Fuerza se tambaleé, el pasado y el futuro deberán discurrir y combinarse. Un Elegido surgirá, sin necesidad de un padre, y a través de él, el equilibrio final de la Fuerza se restablecerá.”

El Consejo Jedi se debatía entre diferentes interpretaciones de la Profecía del Elegido, preguntándose si realmente habían logrado erradicar por completo la amenaza Sith.

Pero la galaxia aún no había visto lo último de los Sith, y su sombra acechaba en la oscuridad, esperando el momento adecuado para resurgir nuevamente.

De las cenizas de la Hermandad de la Oscuridad, emergió el único superviviente, Darth Bane. Saturado con la humillación de la derrota, Darth Bane reflexiona en el lado oscuro y piensa que la razón por la que los Sith han caído de nuevo ante los Jedi es debido a los constantes conflictos internos entre los Lores Sith. En su meditación Oscura Darth Bane dijo:

“Los Sith se mataron entre ellos. Victimas de su propia codicia. Pero de las cenizas de la destrucción, Yo fui el último sobreviviente.”

Para rectificar esto y poder vencer a los Jedi algún día, Bane, mil Años antes de la Guerra de los Clones, creo la Regla de Dos, decretando que solo pueden haber dos Lores Sith al mismo tiempo: – “Un maestro y un Aprendiz”. Y esa fue la costumbre de los Sith hasta los tiempos del temible Darth Sidious.

👉 Capítulo 6: El Gran Azote de Malachor y la Visión de Darth Maul

En los cómics “Darth Maul” (2017), nos adentramos en un oscuro episodio de la historia galáctica: El Gran Azote de Malachor, que ocurrió al final de las Nuevas Guerras Sith, durante la caída de la Antigua república.

Varios cientos de años después, durante la reorganización de la Nueva República, el malvado Señor de los Sith, Darth Sidious, conocido también como Sheev Palpatine, entrenaba a un joven y sediento de poder Darth Maul. Palpatine llevó a Maul a Malachor, un planeta envuelto en misterio y sombras, para enseñarle acerca de la caída de los Sith y avivar su odio hacia los Jedi.

Mientras se encontraban en el templo de Malachor, Palpatine desató una profunda conexión con la Fuerza para revelar una visión a Maul. Darth Sidious lo forzó a respirar en las cenizas de los ancestros Sith. Mientras respiraba las cenizas, Maul empezó a tener visiones de la muerte de miles de guerreros Sith a manos de los Jedi. Esta visión llevo a Darth Maul a revivir una antigua y despiadada batalla ocurrida durante el Gran Azote de Malachor. En ese enfrentamiento, los Jedi sorprendieron y masacraron a los Sith, incluso usando el lado oscuro de la Fuerza para derrotarlos.

Durante el Gran Azote de Malachor, los Jedi atacaron el Templo Sith en donde yacía un arma de destrucción masiva forjada en el lado oscuro de la fuerza. Los efectos de la batalla fueron tan devastadores que los combatientes quedaron petrificados y sus restos quedaron preservados hasta mil años después del enfrentamiento.

En la visión, Maul vio como los ojos de los Jedi brillaban de color amarillo, regodeándose en el lado oscuro, demostrando su odio y desprecio por los Sith mientras perpetraban su masacre. Usaron tácticas desleales y rompieron su propio dogma para alcanzar sus objetivos. Palpatine enfatizó a Maul que los Jedi, que se presentaban como guardianes de la paz y la justicia, eran hipócritas que no dudaban en usar el lado oscuro para destruir a sus hermanos Sith.

“Observa, mi joven aprendiz”, susurró Palpatine con malicia, “los Jedi muestran su verdadero rostro en esta batalla. Su hipocresía y su sed de poder se revelan. Acaso no merecen nuestra venganza”.

Mientras Palpatine guiaba a Darth Maul a través de esta perturbadora visión, también sembró las semillas de la venganza en el corazón del joven Sith. Palpatine anhelaba gobernar la galaxia como Emperador, y veía en Maul a una herramienta implacable para lograrlo. A través de su entrenamiento y la manipulación de su odio hacia los Jedi, Palpatine esperaba hacer de Darth Maul un instrumento temible en la realización de sus malévolos planes.

La visión en Malachor había dejado una marca indeleble en el corazón de Darth Maul.. Mientras tanto, Palpatine se prepara para llevar a cabo su maquiavélico plan para gobernar la galaxia. ¿Qué oscuros secretos revelará el futuro?

👉 Capítulo 7: Anakin Skywalker y el cumplimiento de la Profecía

Dicen los sabios Jedi que desde tiempos antiguos el destino ya estaba escrito en la profecía del Elegido. Según la antigua creencia Jedi, un individuo surgiría con un poder excepcional en la Fuerza y sería el encargado de devolver el equilibrio a esta poderosa energía cósmica. Pero los Jedi malinterpretaron el significado de esta profecía, y el futuro tomó un rumbo inesperado.

La historia comenzó con la aparición de Anakin Skywalker, en el año 41 ABY, un niño esclavo de Tatooine, cuya intensidad en la Fuerza era asombrosa. El Maestro Jedi Qui-Gon Jinn creyó firmemente que Anakin era el Elegido mencionado en la profecía. A pesar de las dudas del Consejo Jedi, Anakin fue llevado a la Orden Jedi para ser entrenado como uno de ellos.

El Maestro Jedi Qui-Gon Jinn había llegado al planeta Naboo escoltando a la entonces Reina de Naboo, Padmé Amidala, quien buscaba repeler la invasión a su planeta propiciada por Palpatine bajo la identidad de Darth Sidious. Junto con ellos los acompañaba un joven Obi-wan Kenobi.

Palpatine se enteró de la presencia de los Jedi en Naboo y mando a su aprendiz Darth Maul a interceptarlos, lo que resultó en una feroz  batalla entre el Maestro Jedi y Darth Maul. Pero el odio de Maul por los Jedi y su poder en el lado oscuro era muy grande, entonces, para pesar de Obi-wan, su maestro Qui-Gon Jinn es vencido frente a él. Esto resulta en una nueva e impresionante batalla entre Kenobi y Maul en la cual prevalece el Joven y habilidoso Jedi con la caída del hasta entonces misterioso Lord Sith.

Este encuentro alerta a los Jedi sobre un posible regreso de los Sith, entonces el maestro Yoda medita sobre el significado de la profecía, pero aun así le da permiso a Obi-wan de entrenar al niño de Tatooine. Mientras tanto Palpatine furioso se da cuenta que necesitará encontrar un nuevo aprendiz.

Con el paso del tiempo, Anakin creció y se convirtió en un talentoso Jedi bajo la tutela de Obi-Wan Kenobi. Sin embargo, sus miedos y emociones lo atormentaban, y su amor secreto por Padmé Amidala, la exreina de Naboo, lo hacía vulnerable a la oscuridad. El destino lo llevó a encontrarse con el astuto Canciller Palpatine, quien secretamente era el malévolo Darth Sidious.

Palpatine manipuló a Anakin con la promesa de poderes oscuros que podrían salvar a su amada Padmé de la muerte. Convencido de que solo podía encontrar el conocimiento y el poder necesario en el lado oscuro, Anakin sucumbió a la tentación y se convirtió en el nuevo aprendiz Sith de Palpatine, tomando el nombre de Darth Vader.

El plan maestro de Palpatine se había revelado. La República traicionó a la Orden Jedi, y los guerreros que alguna vez fueron los guardianes de la paz fueron ahora considerados traidores. Palpatine emitió la fatídica Orden 66, llevando a cabo un golpe de estado devastador contra los Jedi en toda la galaxia.

En el caos y la confusión, Anakin se enfrentó a su antiguo maestro y amigo, Obi-Wan Kenobi, en un duelo épico en el planeta Mustafar. Fue en este enfrentamiento donde Anakin sufrió graves heridas y quedó gravemente quemado, marcando su transformación completa en Darth Vader.

La caída de los Jedi estaba consumada, y la venganza de los Sith contra la Orden Jedi se había cumplido por fin. Pero al mismo tiempo, también se estaba cumpliendo la profecía del Elegido. Anakin, ahora como Darth Vader, se convirtió en uno de los Lores Oscuros de los Sith, restaurando el equilibrio en la Fuerza, ya que había igualado el número de Maestros Jedi y Sith en la galaxia.

Los Jedi habían malinterpretado la profecía, creyendo que el Elegido traería paz y armonía al destruir a los Sith. Pero en realidad, el equilibrio de la Fuerza solo podía alcanzarse si la luz y la oscuridad estaban en balance, como los primeros Je’daii profesaban en la antigüedad. Ashla y Bogan danzando en armonía. Todo, incluso la traición de la República y la caída de la Orden Jedi, había sido la voluntad de la Fuerza.

Incluso el Gran Maestro Yoda, durante su épico duelo final con Darth Sidious, había visto sus sospechas sobre la profecía confirmadas demasiado tarde. Pero intuía que el papel de Anakin como el elegido aún no había terminado. Entonces, aceptando la derrota y la voluntad de la fuerza, el maestro Yoda se rinde y escapa al exilio.

La traición de la Nueva República Galáctica a la Orden Jedi y el resurgimiento de un nuevo imperio Sith marcaron el final de una era y el nacimiento de otra. Al fin había comenzado el Primer Imperio Galáctico del Señor Oscuro de los Sith, Darth Sidious, quien se proclamó Emperador Palpatine.

Con el Imperio Galáctico en el poder y los Jedi en decadencia, una pequeña chispa de esperanza permanece. Un puñado de valientes Jedi sobrevivientes lucharán en la sombra, esperando el momento adecuado para restaurar la paz y el equilibrio en la galaxia. Sin embargo, nadie podía negar que el nuevo Señor Oscuro de los Sith, Darth Vader, fuera ahora la encarnación más temida del inmenso poder del Imperio. Pues el mismo Vader se embarcaría en una sangrienta cacería de los últimos vestigios de la Orden Jedi en los años posteriores. ¿Acaso de verdad queda alguna esperanza para ellos? Ya el tiempo lo dirá…

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *